Investigación

70% de estudiantes en Guerrero están en riesgo de rezago académico por el paso de Otis

  • Las autoridades educativas de Guerrero han enfocado los esfuerzos de reconstrucción y atención en Acapulco y Coyuca de Benítez. Sin embargo, las visitas solo abarcan 18% de las instalaciones educativas en estos municipios. 
  • Hasta el momento no hay un reporte oficial sobre los planteles afectados en los municipios restantes declarados como zonas de desastre. Recabar información suficiente es fundamental para realizar un diagnóstico y diseñar las medidas pertinentes.
  • Para el Plan General de Reconstrucción, la reconstrucción de las escuelas para el pronto regreso a clases no es una prioridad. La ya deteriorada situación educativa en Guerrero podría agravarse como consecuencia. 

El pasado 25 de octubre, el huracán Otis golpeó la costa de Guerrero y ocasionó una crisis humanitaria por la falta de acceso a servicios básicos, la destrucción de las viviendas y los daños en los servicios públicos. Ante la falta de condiciones mínimas de salubridad, seguridad e infraestructura, la autoridad educativa local indicó el cierre temporal de escuelas en los municipios afectados. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana declaró inicialmente 46 de los 85 municipios del estado como zonas de desastre. Estos municipios alojan a siete de cada 10 estudiantes de educación obligatoria en Guerrero.

No obstante, las autoridades educativas aún no terminan de evaluar y cuantificar los daños que sufrieron las escuelas. Si bien la Secretaría de Educación de Guerrero reporta daños en 369 planteles de educación obligatoria con afectaciones por el huracán, estos reportes refieren únicamente a Acapulco y Coyuca de Benítez, que abarcan 2 de los 46 municipios señalados. 

Por esta razón, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó el tamaño de la matrícula, el cuerpo docente y las escuelas que se encuentran dentro del total de comunidades afectadas con la información oficial disponible y estima que estas cifras son mayores. Dentro de los 46 municipios afectados por el huracán, hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y 7 mil 498 escuelas de educación obligatoria que se verán afectadas por el cierre de escuelas debido a la emergencia. 

Para prevenir mayores afectaciones a la formación de los niños y jóvenes que habitan las zonas más afectadas, es clave que las autoridades prioricen la recuperación de los servicios educativos. Sin embargo, a tres semanas del huracán, no hay una estrategia para prevenir los estragos que esta crisis tendrá sobre la educación

En lo expuesto en el Plan General de Reconstrucción de Guerrero, la recuperación educativa dista de ser una prioridad. En el plan se considera un monto de 10 mil millones de pesos que deberán utilizarse para el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, los dos aeropuertos y otros servicios, pero carece de alcances específicos para su aplicación en temas educativos.

Además, aún no se ha trazado una ruta de emergencia para la reconstrucción prioritaria de escuelas, con el propósito de reducir al mínimo su cierre prolongado y evitar así las repercusiones que esta prolongada interrupción tendrá en la educación de los niños y jóvenes que viven en las zonas más afectadas. 

La situación en Guerrero es particularmente preocupante debido a las condiciones que preceden el paso del huracán Otis con las consecuencias aún palpables de los eventos catastróficos de los sismos de 2017 y la pandemia de 2020. De acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal (ICE), Guerrero es la entidad menos competitiva del país

En específico en educación, Guerrero es la tercera entidad con la escolaridad promedio más baja. Mientras que la escolaridad promedio a nivel nacional es de 9.7 años, el estudiante promedio en Guerrero cuenta con 7.6 años de educación, lo que equivale a terminar primero de secundaria. Además, cerca de 10% de los niños y jóvenes entre 3 y 14 años que viven en el estado no asisten a la escuela. Por cada 100 habitantes de 15 años y más, hay 12 que no tienen ningún grado de escolaridad y solo 16 terminan educación superior.   

Si bien la atención a la salud emocional debe ser una prioridad, como lo mencionó la Secretaria de Educación Leticia Ramírez, el cierre prolongado de escuelas durante las crisis pasadas dejaron una lección contundente sobre el impacto detrimental que tiene en la formación y aprendizaje de los estudiantes. 

La interrupción de las clases presenciales puede afectar negativamente la continuidad del aprendizaje, especialmente para aquellos que ya enfrentan desafíos socioeconómicos. De acuerdo con el Banco Mundial, un estudiante promedio que deja de asistir a clases por períodos prolongados de tiempo, podría perder 8% de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva.

El primer paso para evitar que las consecuencias educativas se agraven es tener un recuento acertado sobre la realidad de 7 mil 500 escuelas en los municipios afectados por el huracán. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general será clave para superar estos obstáculos en el corto y largo plazo. Esto puede incluir proporcionar apoyo emocional a los estudiantes y maestros afectados, así como implementar estrategias flexibles, como educación en línea o la adaptación de espacios para fines educativos, con el objetivo de garantizar la continuidad del aprendizaje en todos los municipios afectados por el huracán Otis.