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Improbable mundo nuevo
Quien crea que ya entendió cómo funcionan la política y la economía, le sugiero recetarse una dosis de asombro y una terapia de humildad. En México y el mundo, la brújula para explicar la realidad tiene un norte incierto. Para entender nuestro tiempo hay que cultivar el escepticismo. El domingo pasado, Christine Lagarde dio un discurso en Beijing. En su mensaje, la directora del Fondo Monetario Internacional le pidió al gobierno chino que promoviera políticas públicas para enfrentar la desigualdad social. ¿El FMI le pide a los herederos de Mao Tse Tung que mejoren las condiciones de vida de sus ciudadanos más desaventajados? ¿El Fondo le sugiere a los comunistas chinos que atiendan las tensiones provocadas por los beneficios asimétricos del crecimiento económico? Bienvenidos a una realidad que hasta hace poco tenía la pinta de imposible.