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Drácula" y el "Piojos Bravos""
La biografía de Carrizos denota cierta adicción por la adrenalina. Mientras más complicado sea el robo y más alta la barda, mayor la emoción y el incentivo. En una ocasión, Carrizos y su cómplice deambulaban por los rumbos de San Jerónimo en busca de una casa donde realizar un “trabajo”. Encontraron una mansión cuya entrada estaba vigilada por un grupo de soldados. Cuando los uniformados se descuidaron, el par de cacos saltó el muro de la residencia. Sin llamar la atención de los militares, los ladrones se despacharon con un lote de joyería y una chamarra de cuero. El robo se consumó sin incidentes, pero a la mañana siguiente, la abuela del Carrizos le anunció que un amigo-policía apodado el Piojos bravos lo andaba buscando con urgencia. Cuando Carrizos le devolvió la llamada a su cuate, ocurrió el siguiente diálogo: “-¿Anduviste ayer por San Jerónimo? -Sí. -Pues te robaste la casa particular del Presidente Echeverría. Tienes su chamarra”.